martes, 5 de junio de 2012

III JORNADAS DE FORMACIÓN EN DUELO Y PÉRDIDAS DEL COLEGIO OFICIAL DE PSICÓLOGOS DE CATALUÑA - MAYO 2012. APRENDIZAJES E IMPRESIONES PERSONALES IV

SINCRONIZACIÓN Y ACTIVACIÓN DE LOS HEMISFERIOS CEREBRALES PARA PROCESAR EL DUELO. Maruxa Hernando Martínez. Licenciada en psicología y máster en coaching y liderazgo personal.

Grata sorpresa la experimentada con la ponencia de Maruxa Hernando, generando en el público asistente expectación y fascinación por un lado y recelo e incredulidad por el otro. Lo que suscitó gran cantidad de preguntas relacionadas con esta novedosa técnica, su implementación y su brevedad en el abordaje terapéutico del proceso de duelo; el cual es diametralmente opuesto a los acercamientos que sustentan las técnicas utilizadas habitualmente. La "sincronización de los hemisferios cerebrales" es un nuevo paradigma basado en la neurofisiología y en cómo nuestro cerebro procesa la información, logrando con gran rapidez, procesar y resolver una situación de duelo, ayudando a la persona a encontrar la paz, el entendimiento y la aceptación de la pérdida del ser querido.
El cerebro dispone de un sistema de manejo y procesamiento de la información, que funciona constantemente y que resuelve las situaciones cotidianas o inesperadas de la vida logrando un buen estado de salud mental. Es decir, que ante cualquier evento perturbador que nos acontece, el cerebro tiene capacidad de manejarlo y de procesarlo hasta hacer desaparecer las emociones negativas asociadas al mismo, consiguiendo que ese suceso sirva de aprendizaje y sea integrado para ser utilizado en el futuro.
Nuestros hemisferios cerebrales están en constante sincronía intercambiándose la información que ambos poseen. Cuando hablamos de realizar una sincronización entre hemisferios cerebrales es porque antes ha habido una desincronización. Y así es: Al tener la noticia de una enfermedad grave o de la pérdida de un ser querido nos impacta y perturba de tal manera que se produce una desconexión hemisférica. No se trata de una disfunción, si no que es parte de una respuesta saludable y adaptativa de supervivencia. Los hemisferios se desincronizan para poder sobrevivir. La persona entra en shock. De modo natural, se deberían volver a sincronizar par poder procesar todo lo que ha sucedido. Si no es así la persona sigue reviviendo la situación traumática, quedando ese hecho doloroso atrapado en el hemisferio derecho, con la imagen, los sonidos, las creencias negativas asociadas a él y sin poder acceder a los recursos, a la experiencia, a los conocimientos que residen en el hemisferio izquierdo, no pudiendo procesar la información debidamente. Nuestro cerebro no encuentra los recursos necesarios para superar la situación. La persona se ve atrapada en la incredulidad o la negación de dicha pérdida junto al dolor emocional, sintiendo: ansiedad, tristeza, abandono, ira, desesperación, pesimismo, miedo, culpa, todo ello unido a creencias negativas y a síntomas físicos (tensión, presión en el pecho, boca seca, nudo en el estómago, diarreas repentinas, etc.), debido al recuerdo traumático y doloroso de la pérdida no procesado o procesado de forma disfuncional o parcial.
Mientras no vuelva a haber sincronía hemisférica no se podrá resolver el duelo y la persona, en este caso, puede quedar atrapada meses o años en su dolor.
Para superar el duelo y volver a encontrar el equilibrio es necesario que toda esa información estancada en redes neuronales, sea procesada. Debemos poner en marcha el sistema de "curación" natural de nuestro cerebro, mediante la sincronización y/o conexión de los hemisferios cerebrales. Para conseguirlo actuamos sobre los hemisferios, ayudados de una técnica muy sencilla que permite activarlos, logrando resultados muy rápidos, necesitando la mayoría de las veces únicamente una o dos sesiones. Resultados que se encuentran contrastados en su experiencia clínica y en los estudios realizados y de los que podéis saber más en:  http://tecnicasintegracioncerebral.typepad.com/blog/integracion-cerebral-y-test-muscular/.
Personalmente, debo reconocer que habiendo puesto en práctica algunos ejercicios aconsejados por la Dra. Hernando con un paciente de mediana edad en proceso de duelo patológico, que tras varios años continúa vivenciando con la misma intensidad el dolor por la pérdida de su ser querido, así como encontrarse estancado en la incredulidad y la negación, no aceptando la realidad de lo sucedido y que cursa con percepciones sensoriales y visuales de la persona fallecida (como si estuviese viva y tangible, no llegando a ser alucinaciones), pérdida significativa de memoria a corto plazo, desorientación y falta de concentración; se observa una mejoría en la sintomatología descrita, así como una mayor aceptación de su experiencia vital, llegando incluso a sugerir una despedida no traumática de las percepciones descritas y la recolocación de esta figura en otro nivel más adaptativo y sano, permitiéndole avanzar psico-emocionalmente. Por lo que reitero mi agrado y fascinación por este tipo de técnicas neuropsicológicas que vienen a completar e integrar el ramillete de conocimientos relativos a los procesos de enfermedad, pérdida y duelo que otros profesionales nos han legado, pudiendo desempeñar nuestra labor de ayuda de forma óptima y con un mayor respeto y acercamiento profesionalizado y humano hacia su dolor. Agradecer a Maruxa Hernando por sus directrices, su disponibilidad y su humanidad.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por tu comentario sobre la ponencia.

    Comentas que has usado algún ejercicio.
    Yo he sido paciente y he recibido la terapia y es increíble como ayuda a entender, a comprender, como se va colocando todo con claridad. Lo más importante. Se encuentra La Paz. El cambio en una sesión fue inesperado y muy gratificante
    Miguel

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