domingo, 1 de abril de 2012

EL DESCANSADERO DE LOS MUERTOS EN EL PUEBLO DE TUNTE

En ocasiones una redescubre fortuítamente lugares perdidos en su memoria y en su infancia, llevándose una agradable sorpresa que la acerca cada día más a sus raíces, a su familia y a su patrimonio cultural. Hoy quiero compartir uno de estos lugares y de estas historias ligadas a la cultura de la muerte y los ritos funerarios de mis ancestros: En el Pueblo de Tunte (San Bartolomé de Tirajana - Gran Canaria), pueblo de mis abuelos maternos y lugar que me vió crecer y amamantó mi espíritu y mi cuerpo con los valores cercanos al respeto de las gentes sencillas y la Tierra, se encuentra "EL CALVARIO", un lugar que debe su nombre al difícil acceso que tenían que recorrer cada vez que se trasladaba a un difunto desde los pueblos cercanos al cementerio de Tunte, único existente en aquella época. La entrada al pueblo del cortejo fúnebre dependía de la procedencia del difunto, por lo que existía un pequeño descansillo y una cruz donde se depositaba el ataúd, conocido popularmente como "descansadero de los muertos". En estos puntos se esperaba la llegada del párroco, el cual recibía oficialmente al cortejo y juntos se trasladaban en procesión hasta la iglesia, donde se realizaba el responso o rezo y el posterior traslado al cementerio para su sepultura.


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