domingo, 11 de septiembre de 2011

11S: DIEZ AÑOS DESPUÉS DE LA TRAGEDIA

Han pasado diez largos años y parece que fue ayer cuando el "Mundo Occidental" cambió por completo. No sólo Estados Unidos sufrió el dolor y la conmoción; la onda expansiva llegó a millones de hogares conectando a la Humanidad con la incredulidad, el shock, la impotencia, la rabia, el miedo y la más absoluta pena... El Mundo quedó dividido entre los "buenos" y los "malos", sembrando la desconfianza y el rechazo. Después del ataque a la Potencia Mundial por excelencia, el dolor se convirtió en guerra, dos guerras que más que ayudar a disminuir el vacío dejado por las Torres Gemelas, lo que hicieron fue incrementar la sensación de pérdida y desorientación, aumentar las diferencias entre una Humanidad que lejos de considerarse Hermana, prosigue en su empeño de potenciar el distanciamiento, el odio y la incomprensión.
Nos merecemos un mundo mejor, donde el otro distinto a mi no sea mejor ni peor, sólo distinto; donde el respeto y la comunicación sean la base de toda relación, ya sea entre las personas o entre las naciones. Recojamos las enseñanzas positivas del 11S, aquellas que nos han hecho valorar el presente, amar a los que tenemos cerca, despojarnos de lo material que como valor práctico y utilitario se convierte en transitorio, y mimar lo emocional y espiritual, aquello que nos hace crecer y tomar consciencia de lo realmente importante, lo que permanece a pesar de la pérdida y la transforma de una forma más adaptativa. Recojamos la fortaleza y solidaridad de las personas que ayudaron profesional o voluntariamente en un día donde tener la mente y el corazón despejados era una tarea titánica; así como la capacidad de superación, de adaptación y de perdón de muchas familias que ese día quedaron tocadas por la mano del odio y del horror, no en vano fallecieron casi 3.000 personas de distintas nacionalidades. 
Me ha maravillado la acción iniciada por varias viudas estadounidenses al constituir una asociación de ayuda a mujeres afganas. Los resultados han sido espectaculares, tanto a nivel socio-laboral, fomentando la creación de 400 empleos, como a nivel relacional, estrechando lazos y acercando posturas y estilos de vida totalmente distintos y, en ocasiones, encontrados. Aplaudo su forma de reconducir su dolor y de dar significado a la pérdida sufrida, su actitud proactiva las hace merecedoras del reconocimiento mundial. Éste es sólo un ejemplo de nuestra obligación de recojer lo positivo y dar, dar apoyo y ayuda especializada a aquellas personas que de una y otra manera se han visto afectadas directa o indirectamente por las secuelas del 11S. En las noticias, esas que nos han bombardeado desde hace varias semanas, he visto que existen hospitales donde se han creado áreas especializadas para tratar la sintomatología y patologías generadas a raíz de este atentado; sin embargo, también  se comentaba que a muchas personas no le son reconocidas estas secuelas por lo que no pueden percibir ayudas sanitarias ni sociales, encontrándose enfermas y, en ocasiones, incapacitadas para poder seguir adelante por sí mismas. ¡Cuánta incongruencia! Tenemos el deber moral, no sólo de agradecer la ayuda prestada a estas personas, sino también de ayudarlas ahora que son las que manifiestan los daños a largo plazo de esta experiencia tan traumática.
Os dejo un pequeño homenaje a través de varios artistas latinoamericanos, los cuales se unieron en el 2001 para realizar un tributo a las familias de las víctimas. La canción es obra del compositor y cantante peruano Gian Marco.

Un abrazo a tod@s.


 

También os emplazo a varias webs relacionadas o donde se hace referencia al 11S que me han parecido interesantes:




No hay comentarios:

Publicar un comentario