lunes, 5 de marzo de 2012

VIVIR CON EL DOLOR (LIVING WITH GRIEF): THE LANCET.

La revista científica The Lancet nos regala este artículo sobre cómo convivir con el dolor, os anexo el link del artículo original en inglés:
 http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2812%2960248-7/fulltext#
No obstante, os lo he traducido para poder llegar a todos/as:

VIVIR CON EL DOLOR.

¿Cuándo debe la pena ser clasificada como una enfermedad mental? La Asociación Psiquiátrica Americana (APA) lo propone como práctica actual en su próxima edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). En anteriores ediciones del DSM han puesto de relieve la necesidad de considerar, ya que por lo general lo excluyen, el duelo antes del diagnóstico de un trastorno depresivo mayor. En el borrador del DSM-5, sin embargo, no hay ninguna exclusión para el duelo, lo que significa que los sentimientos de profunda tristeza, pérdida, falta de sueño, llanto, incapacidad para concentrarse, cansancio y falta de apetito que continúan por más de 2 semanas después de la muerte de un ser querido pueden ser diagnosticados como depresión, más que como una reacción de duelo normal.
La muerte de un ser querido puede llevar a una profundo y duradero proceso de duelo, que se describe de manera conmovedora en un ensayo de Arthur Kleinman publicado esta semana en la sección de Medicina. Después de que murió su esposa, Kleinman  experimentó 6 meses  de sentimientos de dolor que se  convirtieron en "menos graves", según sus propias palabras, y casi un año después, se manifestó sentir "tristeza por tiempos", albergando "el sentido de que una parte de mí se ha ido para siempre ... todavía estoy cuidando de nuestros recuerdos. ¿Hay algo malo (o patológico) en éso? "
Las experiencias de pena de la mayoría de la gente se asemejan a las que describe Kleinman. A menudo no es hasta los 6 meses o el primer aniversario de la muerte, que el duelo puede pasar a una fase menos intensa. El duelo es una respuesta individual a la pérdida, el cual está conformado entre otros factores por la fuerza de la relación con la persona que ha muerto, ser hombre o mujer, las creencias religiosas, las expectativas de la sociedad y el contexto cultural. Malcolm Potts, en un ensayo en esta revista en 1994, después de la muerte de su esposa, dijo: "El dolor es una emoción increíble. Es la media total del amor y tiene que ser .... La angustia, el cuerpo tembloroso por el  llanto, el dolor: un comportamiento biológico que estaba latente y sin usar en mi cerebro... Al que yo no podría y  no podía renunciar. El duelo tiene que ser. "18 años después de muerta su hija recién nacida, Steven Guy dijo:" He avanzado, a veces puedo hablar sobre el día en que murió y no llorar, ... He pasado de ser una persona tímida e insegura a la emocionalmente abierta, cariñosa, solidaria y fuerte que soy ahora". Medicalizando la pena, se legitima de forma rutinaria el tratamiento con antidepresivos, por ejemplo, no sólo es peligrosamente simplista, si no que lleva a errores. La evidencia se basa en los tratamientos recientemente administrados a personas en duelo donde los  regímenes estándar de antidepresivos se encuentran ausentes. En muchas personas, la pena puede ser una respuesta necesaria al duelo que no debe ser suprimida o eliminada. Sin embargo, para algunos cuyo dolor se convierte en patológico (conocido como Duelo Complicado o Prolongado), o que sufren de depresión, el tratamiento conjunto con medicamentos e intervención psicológica pueden ser más eficaces y necesarios, tales como la terapia de duelo guiada. La OMS en su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), actualmente en revisión en la CIE-11,  está debatiendo una propuesta para incluir "trastorno de aflicción prolongada", pero pasarán otros 18 meses antes de que la definición sea clara. El duelo se asocia con resultados adversos para la salud, tanto física como mental, pero las intervenciones van dirigidas más a las personas con mayor riesgo de desarrollar un trastorno o aquellos que desarrollan duelo complicado o una depresión, en lugar de sea  para todos. La reconstrucción de una vida sin la persona amada que murió no podemos esperar que sea rápida, fácil o sencilla. La vida no puede, ni debe, continuar de forma normal. En cierto sentido, una nueva vida tiene que ser creada y vivida. Después de la pérdida de alguién con quién la vida se ha vivido y amado, nada puede ser lo mismo otra vez. En las memorias a su marido, "Nada era lo mismo", Kay Redfield Jamison, comenta: "Hay una cordura en la pena", en contraste con su propia experiencia de trastorno bipolar. En palabras de Kleinman, "Mi dolor, como la de otros millones de personas, señaló la pérdida de algo verdaderamente importante en mi vida. Este dolor era parte del recuerdo  y tal vez también de mi reconstrucción. Ha marcado un punto al final de una época y una forma de vida, y marcó la transición a un nuevo tiempo y una manera diferente de vivir". La pena no es una enfermedad,  es más útil pensar que es una parte del comienzo del ser humano y una respuesta normal a la muerte de alguien querido. Poner un plazo de tiempo al duelo es inapropiado - DSM-5 y la CIE-11 ¡por favor, tomen nota!. De vez en cuando, se desarrolla el trastorno de aflicción prolongada o depresión , lo que puede necesitar tratamiento, pero la mayoría de las personas que sufren la muerte de un ser querido no necesitan el tratamiento de un psiquiatra o se visto por algún doctor. Para aquellos que están de duelo, los médicos harían mejor recetando  tiempo, compasión, recuerdo y empatía, que píldoras.


1 comentario:

  1. Vivi una situacion de perdida hace algunos años, el dolor te invade, va disminuyendo con el tiempo y luego se aprende a vivir con la ausencia. El dolor por lo que fue y el dolor y la incertidumbre de la reconstrucción de la propia vida es algo que lleva mucho tiempo transitar.

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