Estimado/as amigos/as,
como habréis visto hace aproximadamente un mes y medio que no escribo en esta bitácora donde intento que las duras temáticas que abordamos lleguen a vosotros/as desde una perspectiva ecológica y transformadora, de superación y crecimiento posterior, de intensidad y positivismo vital... Muy a mi pesar he realizado un parón en mi labor de ayuda, para centrarme en el autocuidado... Si, hay que practicar con el ejemplo y asumir esa frase "tan manida" que nos repetimos los profesionales de la salud: "HAY QUE CUIDARSE PARA PODER CUIDAR". Así que he realizado un viaje hacia "mis entrañas" para indagar, empatizar y aprender a manejar aquellas cosas que me dan fuerza, pero que también me las quita; reconociendo mis debilidades y potencialidades e intentando hacer buen uso de ellas. No puedo asegurar al cien por cien que a día de hoy haya conseguido ese equilibrio, pero sí que soy consciente de que soy una vela que en ocasiones posee una llama firme e intensa, que me ilumina e ilumina a los que me rodean; mientras que en otras se vuelve tenue y parpadeante avisándome de la necesidad de autocuidado y sanación. Motivo por el que cada día, como una pequeña hormiguita, intentaré dedicar un momento para visualizar y reflexionar, para buscar el equilibrio y el amor en todo lo que soy y hago y dar gracias por ello.
Agradezco desde aquí a todas aquellas personas, cercanas y lejanas, por su apoyo y sus muestras de cariño. Así como a los seguidores que se cuelan por esta ventana a ojear las disertaciones, experiencias, inquietudes y aportaciones desde el calor de mi hogar.
Un fuerte y reconfortante abrazo.
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