lunes, 29 de agosto de 2011

ALGUNAS DISERTACIONES SOBRE EL ENFRENTAMIENTO DE LAS "DOS ESPAÑAS"

Nunca llueve a gusto de todos, de ello da buena cuenta el caso de Dña. Ramona Estévez, la paciente andaluza cuya "voz" ha sido escuchada y respetada, a pesar de aquellos que escudándose en su empecinado sentido de la vida promulgan a toda costa el derecho a ella  obviando las circunstancias particulares y la propia opinión del moribundo y sus familiares. He entrecomillado "voz", pues a día de hoy la paciente no ha podido manifestar directamente su deseo, más como aparece recogido tanto en la Ley de Muerte Digna de la Comunidad Andaluza como en la Ley del Paciente y en el Documento de Voluntades Anticipadas, si la persona que se haya en esta situación ha manifestado previamente su voluntad y, quedando incapacitada para poder hacer valer su criterio, en su defecto su familia o cualquier persona en calidad de tutor o custodio de lo expresado quedan como responsables de tal decisión, tomada conjuntamente con el personal sanitario, habiendo sido informados previamente de las posibilidades de tratamiento tanto curativo como paliativo, que no eutanásico.
Así nos encontramos con el debate y el enfrentamiento de las dos Españas: la Laica y la Católica. En un país donde aproximadamente el 70% de la población se reconoce católica, pero sólo un 14% practicante. Donde, cual Torre de Babel, conviven miles de personas de otras creencias religiosas que también solicitan ser escuchadas y respetadas según las directrices de la fe que profesan. Donde el Representante de Dios en la Tierra ejerce su poder ante las masas, los gobiernos y casas reales (como tantas veces en la historia) para modificar a su conveniencia y amparándose en su criterio celestial, que tal parece que fuera el único y verdadero, las leyes que marcan la forma de vida y actuación de un país (que se considera laico o eso pretende) en lo referente a la Ley del Aborto y de Muerte Digna. Donde la Asociación Pro Vida se encuentra enfrentada a la de Derecho a Morir Dignamente, como si los integrantes de ésta última quisieran "matar" a toda persona que padezca una enfermedad crónica y/o terminal a pesar de la idiosincracia que la rodea, cual "cuervos negros" alrededor del moribundo o que toda mujer, especialmente las católicas, tengan que colgarse el cartel de "abortistas, pecadoras y excomulgadas" si no se confiesan y arrepienten de sus pecados capitales, por lo que serán apaleadas y señaladas como tal, además de arder en el fuego del Infierno por toda la eternidad... Hecho que atestiguan las pasadas Jornadas Mundiales de la Juventud Católica 2011 en Madrid, después de que se instalaran 200 confesionarios "psicodélicos" en el Parque del Retiro y se capacitaran a 200 curas para que pudiesen dar la absolución a estas "pecadoras" o a los profesionales que realizan este acto "tan atroz". Y yo me pregunto: Cuando uno confiesa estos pecados ¿se valora el caso concreto en profundidad, se tienen en cuenta los motivos que llevaron a realizarlo para que el castigo y la penitencia sean menos o más severas? Es algo que consultaré con el clérigo de mi parroquia, pues no tengo información al respecto. Lo que sí se y de buena tinta es que la Ley del Aborto actual defiende la no coacción en la decisión tanto de la mujer como de los profesionales, el no enjuiciamiento por la realización de este acto dentro de los límites que marca esta ley, separa y encuadra las distintas formas y situaciones de interrupción del embarazo, así como la información previa de los recursos disponibles, tanto asistenciales como económicos para aquellas mujeres que decidan continuar con su embarazo y los asistenciales para las que hayan decidido interrumpirlo. 
En definitiva, dejo clara mi postura, que no quiere decir que sea la única y verdadera, pero es la que me mueve y hace de mi una mujer luchadora y defensora de aquellos ideales que considero justos. En vosotros está el reflexionar sobre estos temas y haceros una opinión propia, coherente con vuestro sentir y vuestra forma de vida. La mía lleva mucho tiempo marcada por el respeto y el amor hacia aquellos que sufren. Como bien dijo Cicely Saunders refiriéndose a los usuarios atendidos en el St. Christopher's Hospice:  "Pienso que aquí vemos la gran necesidad de tener una fundamentación religiosa. Pero tenemos que recordar que pertenecemos a una comunidad mucho más grande, a la comunidad de toda la Iglesia, a la comunión de todos los Santos y, ciertamente, a la comunidad de los hombres. Por esto el St. Christopher's Hospice es ecuménico y sin denominación confesional. Acogeremos a personas de todas las clases y condiciones y nosotros mismos somos de todas las clases y condiciones. No ponemos el énfasis en que hay un único camino, sino más bien en que hay una sola Persona que puede llegar de muchas maneras."  (Amén).
 
Aquí os dejo los dos artículos sobre el caso de Ramona comentados, la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo 2010 y los enlaces directos a las Asociaciones referidas (que también tenéis en el apartado "lugares relacionados"):

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