Hace días que no escribo, no por ello me encuentro desinformada o desconectada de las noticias que parecen sucederse en este mes de vacaciones. Motivo por el que he hecho a un lado mi descanso para exponer mi opinión en lo referente a dos noticias leídas en El País y de las que os dejo el enlace directo para que podaís leerlas y reflexionéis al respecto.
Hoy me he levantado con la noticia de que la Junta de Andalucía ha impuesto el respeto a la voluntad de Ramona Estévez como dicta su ley de muerte digna, ya que ésta se encuentra en un estado de inconsciencia irreversible. Si a esta noticia le enlazamos la que aparecía en el mismo periódico y que nos acercaba al caso de Carmen López Domínguez, paciente de una residencia de Leganés donde lleva ocho años ingresada y también en estado irreversible; es de lógica preguntarnos: ¿Depende de la Comunidad Autónoma donde vivamos para tener una mejor calidad asistencial (en todos los sentidos) en la fase final de nuestra vida? ¿Depende del profesional que nos asista para que se nos escuche y podamos ejercer nuestro derecho a una muerte digna y al respeto de nuestras creencias y decisiones? Pues tal parece que sí, motivo por el cual soy una fiel defensora de establecer una Ley que llegue a toda la sociedad española por igual y que constituya un marco de actuación tanto para los profesionales como para las personas que se encuentran en este trance tan difícil. Ésto no quiere decir que no existan debates y situaciones que requieran de un atenta y pausada revisión, pero sí que origine una columna vertebral donde entrelazar las vértebras de la atención a los pacientes y familiares y la actuación de los profesionales que deben constituir un bastón de ayuda, que no de entorpecimiento, para este tramo del camino...
Un abrazo a tod@s desde Asturias.
Enlaces a las noticias comentadas:
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