domingo, 9 de octubre de 2011

HOSPITALES DE CUENTO PARA NIÑOS GRACIAS A LA FUNDACIÓN CURARTE

Durante mi experiencia como psicóloga de la Fundación Canaria Contra La Leucemia "Alejandro Da Silva" en el Complejo Hospitalario Universitario Insular-Materno Infantil de Gran Canaria tuve la oportunidad de comprobar la necesidad de los niños hospitalizados y sus familiares de un entorno adaptado a sus condiciones y situación particular, así como atractivo y colorista. Cuando un niño es diagnosticado de una grave enfermedad se siente prisionero del hospital, del personal hospitalario, de las máquinas a las que algunos deben estar conectados gran parte de su estancia en el centro. Su capacidad de acción y elección se ve limitada de golpe, ya no pueden salir a jugar como antes lo hacían, ir a la playa, salir con sus amigos, ir de fiesta o de marcha, ir al cole o al instituto con sus amigos y profes de siempre, no pueden ir a casa y esconderse en su cuarto, con sus cosas, bajo su manta... Si empatizamos con esta situación comprenderíamos las reacciones y actitudes que un niño expresa durante el proceso de acogimiento y adaptación inicial a la nueva aventura de su vida. Cada uno lo manifiesta según su edad y etapa evolutiva, sus características personales (personalidad, educación recibida, apoyo percibido por familiares y amigos, etc.). Pero no nos equivoquemos, al quedarnos sólo con las limitaciones impuestas, los niños son los primeros en aprender y aceptar esta experiencia, son los primeros en quejarse pero también en asumir sabiamente su nueva vida de forma resiliente, con una fortaleza y madurez que sorprende tanto a los familiares como a los profesionales acostumbrados a batallar contra estas enfermedades y limitaciones. Podría contar muchos momentos vividos durante este periodo de mi vida, todos me han aportado algo, todos me han maravillado y me han enseñado a valorar y disfrutar de las pequeñas cosas de cada día. Pero este no es el tema... 
Diversos estudios han comprobado que al modificar positivamente entornos considerados amenazantes u hostiles, de forma que se reduzca o elimine esa percepción negativa de ellos, hace que mejore no sólo la visión del espacio modificado, sino la emociones y, por ende, las reacciones que suscita, así como la calidad de vida general asociada de forma directa al entorno y vivencias que experimentamos en él. Me parece fascinante y loable el proyecto llevado a cabo por la Fundación CURARTE, convirtiendo el entorno hospitalario en una segunda residencia, en un espacio acogedor, cercano, alegre, que ayude a los "pequeños valientes" y sus familiares a afrontar y superar esta aventura que jamás desearon vivir... No obstante voy más allá, el personal sanitario cuya labor profesional, afectuosa y entregada se realiza con este tipo de población necesita también de un entorno que favorezca el buen ánimo, el optimismo y la motivación continuada por su trabajo diario y las personitas con las que comparten esta experiencia vital. No sería completo si los objetivos de bienestar y mejora de la calidad de vida no englobasen de forma integral a todos los que participan de ella. 
Finalmente, como soy muy osada, desde mi pequeña ventana al resto del mundo, propongo a la Fundación un nuevo proyecto, más allá de las paredes y del divertido diseño de las cartas de los menús... No es fácil, pero es posible y una forma de seguir incrementando esta calidad de vida y transformar un factor referido como negativo en la mayoría de las intervenciones que he realizado: LA COMIDA HOSPITALARIA. En algunas ocasiones desde Planta se solicitó a Cocina platos más atractivos y divertidos, que visualmente invitaran a comer y que suavizaran los efectos secundarios del tratamiento, en este caso oncológico, como las náuseas y vómitos o las llagas en la cavidad bucofaríngea. Muchos padres preferían traer la comida preparada de casa que esperar a que la del hospital se ajustara a las necesidades de su hijo. Como refuerzo excepcional se podría entender esta acción, todos tenemos un plato preferido y una persona (abuela, madre,...) que lo hace como nos gusta, pero cuando se convierte en algo sistemático y generalizado, estamos ante un fenómeno que hay que cambiar. Hubieron algunas excepciones y desconozco si es algo que ha mejorado actualmente en el hospital mencionado. Lanzo a este mar mi mensaje, deseando que la botella que lo contiene llegue a buen puerto, hacia una cabeza pensante con dotes de mando y los recursos necesarios que sepa darle fondo y  forma y lo convierta en realidad.

No os perdáis el reportaje realizado por los informativos Tele5 sobre la maravillosa labor de la Fundación CURARTE, así como su página principal:
http://www.telecinco.es/informativos/reporteros/noticia/105122833/Hospitales+de+cuento
http://www.fcurarte.org/index.html

Un abrazo.

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